YPF en Wall Street alcanza su mejor valor en años: el desempeño de las gestiones

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Desde su exporpiación en 2012, La acción de YPF atravesó múltiples fluctuaciones, impulsada por cambios de liderazgo, políticas energéticas y el contexto político de cada período. La actual gestión, de Horacio Marín, proyecta duplicar el valor de la compañía en cuatro años, y, en solo 11 meses, el mercado parece responder favorablemente.

Una histora de ciclos. La acción de YPF, la mayor petrolera de Argentina, ha registrado notables variaciones en su valor a lo largo de los últimos años. Desde 2012, los ciclos de crecimiento y caída estuvieron fuertemente influenciados por los cambios en la conducción de la empresa y las políticas energéticas impulsadas en cada administración gubernamental. El desempeño de los distintos presidentes y CEOs de la compañía en cada gestión dejó su huella, con efectos reflejados en el precio de la acción en Wall Street y en la expectativa de los inversores.

Gestión de “clase mundial”. Miguel Galuccio asumió la presidencia de YPF en 2012, tras la expropiación de la compañía en el segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner. Galucció prometió un management profesional, con una gestión de “clase mundial”. Rodeado de profesionales de su confianza, se tomó 100 días para esgrimir un plan de alto imacto. Durante su gestión, que se extendió hasta 2016, la acción experimentó una etapa de crecimiento destacado, al pasar de un mínimo de USD 9 a un máximo de USD 41, en lo que se describió como un “rally alcista” de más del 300%. La estrategia planteada por el actual presidente y CEO de Vista se reflejó en la valorización de la acción. Al final de su mandato, el precio del papel de YPF en la mayor bolsa del mundo rondaba los USD 28.

Más allá del desempeño de la acción, la gestión de Galuccio se destacó por la puesta en marcha de Vaca Muerta, que en ese entonces sólo era posible en los papeles. Loma Campana, el área insignia de la formación, lleva su firma y la de los técnicos, que en su mayoría hoy ocupan puestos destacados en la industria.

Vista Energy. No se puede mencionar a Galuccio y a su empresa Vista sin hacer referencia al impresionante desempaño bursátil de la compañía. En cinco años de vida en Wall Street, Vista creció un 500% y su valorización actual alcanza los 5 mil millones de dólares.

Silla caliente. Con la llegada de Mauricio Macri al gobierno en 2016, asumiría la presidencia de YPF el financista Miguel Gutiérrez, que venía de dirigir Movistar. Su gestión no logró mantener el impulso anterior. La misma se carcaterizó por un exceso de acciones de marketing y la ausencia de una cabeza técnica que entendiera de hidrocarburos. Tras la salida de Galuccio, YPF estuvo varios meses sin un CEO. Recién a mediados de 2016, Gutiérrez contrató en Francia, luego de un largo proceso via head hunter, al argentino Ricardo Darré. La gestión del repatriado duraría poco más que su búsqueda; al año, Darré salía despedido. Sería reemplazado por el actual vice ministro de Energía y Minería de la Nación, Daniel González, quien en ese entonces llevaba 6 años al frente de la finanzas de la compañía.

Al inicio de su gestión, Gutiérrez había prometido duplicar el valor de la compañía, pero durante su mandato la acción se deterioró hasta los USD 12, una caída significativa respecto a la meta planteada y a los valores alcanzados al cierre de la gestión anterior. Este retroceso se dio en un contexto de volatilidad cambiaria y ajuste fiscal, factores que condicionaron el desarrollo de proyectos estratégicos.

Pandemia y más silla caliente. La situación de la acción de YPF continuó siendo crítica durante el mandato de Alberto Fernández. El contexto de crisis económica, sumado a los efectos de la pandemia, hizo que el valor de la acción tocara un mínimo histórico de USD 2,17 en marzo de 2020. Aunque en 2021 y 2022 comenzó una lenta recuperación, el precio no logró superar los USD 5 hasta mediados de 2022, lo que reflejaba el descontento de los mercados ante las dificultades para atraer inversiones y expandir la producción.

Esta gestión se carcaterizó por una alta rotación en los pisos superiores de la Torre Madero. YPF fue liderada primero por Guillermo Nielsen, quien asumió como presidente en diciembre de 2019, con el objetivo de atraer inversiones para Vaca Muerta y mejorar las finanzas de la compañía. Nielsen, dejó su cargo en enero de 2021, siendo reemplazado por Pablo González en febrero de ese año. González, un político de Santa Cruz con experiencia en el sector público despidió a Daniel Gonzalez y en su lugar contrató a Sergio Affronti, un ingeniero había sido parte de la gestión de YPF en la era Galuccio. La gestión del CEO Afrronti se extendió desde mayo de 2020 hasta octubre de 2022, en en medio de una denuncia por espionaje contra el presidente de la empresa. Lo reemplazó otro ypefiano, Pablo Iuliano.

Iuliano merece un párrafo aparte. Durante la gestión de Galuccio, fue uno de los técnicos responsables de poner en marcha Vaca Muerta. El potencial de Iuliano terminaría de explotar durante su paso por Tecpetrol, donde trabajó junto a Horacio Marín en el desarrollo de Fortín de Piedra, el desarrollo gasífero estrella de Paolo Rocca.

Segundos afuera, la gestión de Guillermo Nielsen y Pablo González al frente de YPF estuvo marcada por la pandemia de COVID-19, la crisis económica local, las dificultades para captar inversiones y las internas políticas.

Estrategia Djokovic. La llegada de Horacio Marín a la presidencia de YPF en diciembre de 2023, con el batacazo de Javier Milei al sillón de Rivadavia, marcó el inicio de un nuevo ciclo. Marín propuso un ambicioso “Plan 4×4” para cuadruplicar el valor de la empresa en un período de cuatro años. La meta incluye la expansión de los proyectos de GNL y una optimización de activos mediante la venta de áreas convencionales para enfocarse en los no convencionales de mayor rentabilidad.

A diferencia de las anteriores, la actual gestión de YPF parece contar con un respaldo más que sólido del mercado, alentado por las reformas estructurales de caracter liberal que viene implentado la administración de Milei. Más allá de la deficiente gestión de ex secretario Rodríguez Chirillo, el gobierno promulgó la Ley Bases y el RIGI y está empeñado en desregular todo, aspectos que parecen asegurar libertad de acción y tierra fértil al mercado petrolero.

Desde que Marín asumió oficialmente como CEO de YPF en enero de 2024, el precio de la acción creció de USD 16,53 a USD 29 al 7 de noviembre, un aumento del 75% en solo 11 meses. Este desempeño permitió que la acción superara su último máximo, de USD 26, alcanzado en enero de 2018, lo que evidencia una tendencia positiva de la que Marín y su equipo buscan capitalizar.

La gestión de Horacio Marín en YPF es seguida de cerca por el ministro de Economía, a través de los ojos del viceministro Daniel González. Con un incremento de la acción notable de la acción en Wall Street y un interés renovado por parte de los inversores, la gestión de Marín parece alinearse con las expectativas del mercado. No obstante, su promesa de cuadruplicar el valor de YPF aún deberá superar desafíos económicos, financieros y estructurales, pero más que nada, desafíos internos.

Si bien tan sólo lleva un año al mando de la botonera de la petrolera estatal, Marín impulsa una profunda reforma que promete cambiar el ADN ypefiano. Su estrategia Dojokovic podría resumirse así: “No gastar pólvor en chimangos”. Desde desinversión en áreas históricas hasta la venta de participadas para apostar por el no convencional de Vaca Muerta. Algunas de sus reformas perturaban el status quo del corazón de la compañía: el upstream. Si lo consigue, será una gesta, dicen cerca de la Torre ubicada en Puerto Madero.