Vaca Muerta: turbina de dólares para las alicaídas arcas del BCRA

Mientras el gas espera su oportunidad, el petróleo no convencional en Vaca Muerta está a las puertas de dar un salto exportador con importantes beneficios para el país. Para el 2030, la formación podría triplicar su producción y aportar más de 20.000 millones de dólares a la Argentina.

Nadie duda ya de las condiciones del petróleo de Vaca Muerta. Grandes jugadores como Vista, Exxon, Chevron, Shell, entre otros, han demostrado la productividad de esta roca que compara con las mejores de los Estados Unidos.

Incluso, en un reciente artículo del Wall Street Journal, destacan que Vaca Muerta “está despertando con estruendo y con enormes efectos para el mercado global de energía”.

Según cifras del JP Morgan que se mencionan en la nota “se espera que el aumento constante de la producción de los países no pertenecientes a la OPEP en América, excluidos los EE. UU., agregue 1,3 millones de barriles por día de nueva oferta de petróleo en 2025, más que cubriendo el 1 millón de barriles por día de nueva demanda proyectada para ese año”.

Vaca Muerta, la joya de la familia

Vaca Muerta, por su parte, estaría en condiciones de triplicar su producción para el 2030, según proyecciones privadas, basadas en datos de la Secretaría de Energía, a las que tuvo acceso Sentido Energético. Esto redundaría en más de 20.000 millones de dólares en generación de divisas para el país.

Estas proyecciones estiman un crecimiento exponencial en la inversión anual y puesta en producción de pozos, que superaría en 2030 los 10 mil millones de dólares, frente a los 3 mil actuales, y los 900 pozos conectados frente a los 400 actuales.

Así, para el 2030 la producción diaria de Vaca Muerta se estima que alcance los 860 millones de barriles (Mbbl/d), para el crudo, y unos 145 millones de metros cúbicos (MMm3/d) para el gas. Esto implicaría triplicar la producción de la formación no convencional estrella de la Argentina.

Estas misma proyecciones, estima un impacto en la balanza comercial de la Argentina superior a los 20.000 millones de dólares para el 2030, cifra que resulta de adicionar la generación de divisas por exportaciones de crudo liviano al ahorro generado por la menor importación de crudo y gas.

La única traba que observaban los analistas para alcanzar este despegue era el contexto macroeconómico y regulatorio imperante en el país –con claro sesgo intervencionista – que comienza a despejarse a partir de las medidas anunciadas por el presidente Javier Milei.

El proyecto de Ley Omnibus representa un cambio copernicano (ver nota aparte) para el sector energético al poner en el centro de la escena la rentabilidad y la exportación en lugar del autoabastecimiento.

Frente a este escenario, se les abre un nuevo panorama a las empresas que operan en Vaca Muerta para acelerar sus desarrollos y aprovechar las oportunidades que el contexto les genera.

La ampliación de las obras de infraestructura con el Vaca Muerta Norte, la salida a Chile via OTASSA, y la duplicación de la capacidad de Oldelval permitirán capturar rápidamente esas ventajas y convertir al país en uno de los jugadores extra OPEP del mercado del petróleo.

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