Los tres desafíos de Marín para avanzar con la estrategia Djokovic en YPF

Con el objetivo de concentrar su actividad en áreas no convencionales y convencionales que generen mayor rentabilidad, Marín lanzó su plan para transformar la mayor compañía petrolera de la Argentina. Enfrenta tres desafíos que ponen a prueba su habilidad en los negocios y en la política.

La compañía petrolera YPF anunció al mercado su decisión de deshacerse de 55 áreas convencionales, como parte de un proyecto de racionalización y optimización de sus inversiones. Los campos maduros que YPF planea desprenderse se encuentran ubicados en provincias como Chubut, Santa Cruz, Neuquén y Mendoza.

Las opciones para estas áreas podrían incluir su venta total, la asociación con pymes del sector o la reversión de la concesión a las provincias correspondientes. Se trata de una estrategia inédita para YPF. Según fuentes del sector, es una movida compleja y con cierto riesgo que presenta al menos tres dificultades importantes.

En términos de negocio, “YPF va a tener que encontrar esas compañías más chicas que se quieran meter en el convencional en áreas maduras”, dice un lobista de fuste. Habrá que ver cuáles son las compañías que está sondeando YPF. Si bien hay algunos antecedentes de transferencias cercanos en el tiempo, no son muchos los casos de éxito. Son pocas las compañías pequeñas con el expertise necesario para reciclar un yacimiento maduro en declino. El año pasado Vista le vendió a la incipiente Aconcagua un área convencional que le había comprado a Pampa a precio de remate, y que logró levantarla con inversión. Fue un buen negocio para las tres partes.

El segundo y tercer desafío son políticos. En parte tienen que ver con la historia de YPF. Por un lado, muchas de las áreas de donde se quiere retirar YPF forman parte de la identidad de la compañía y viceversa; son áreas que, aunque estén en declino, sostienen la actividad económica de la zona. En este punto, YPF afirmó que busca colaborar activamente con el desarrollo local y garantizar los puestos de trabajo durante la transición, al tiempo que optimiza su inversión. Algo que pudo verse en la gira que acaba de hacer Marín por las provincias, acompañado de su líder de recursos humanos.

Pero acá aparece el tercer desafío. Es un tema medioambiental. La realidad es que gran parte de los pozos de las áreas maduras se hicieron en una época en la cual los estándares ambientales era muy diferentes a las actuales. Son áreas que con un lastre de pasivos ambientales pronuncaido. Especialmente en Chubut y Santa Cruz. Zona Central, en Comodoro Rivadavia, es el caso icónico con un yacimiento dentro del área urbanaVienen de épocas con otros estándares ambientales. No es solo puestos de trabajos si no cuál es el impacto que le vas a dejar a la ciudad en la zona urbana.

Los cálculos que hacen desde una de las provincias indican que si YPF tuviera que pagar por las remediaciones necesarias para sanar los pasivos, hoy no estaría en condiciones de hacerlo, son cifras que exceden su capitalización de mercado. el abandono de un pozo en condiciones seguras en la actualidad va de los 4 a 8 millones de dólares por pozo. Tan sólo en Chubut y Santa Cruz, YPF planea abandonar 3 mil pozos. Clarita la cuenta: entre 12 mil y 24 mil millones de dólares.

Es clave la negociación política. El diálogo con los gobernadores y los intendentes será determinante en el nivel de exigencia que tenga YPF para que le aprueben las transferencias de áreas. A principio de mes, el ahora presidenciable Ignacio Torres advirtió a Marin de que le exigiría el pago de “100 años de pasivos ambientales”. Viene de ganarle una pulseada a Milei.

El plan 4×4 de Marín se aventura en un terreno escarpado. El futuro de la compañía pareciera depender en gran parte del éxito o fracaso del plan Djokovic. Marín pone a prueba su muñeca tenística.

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