Saluden a Petronas: parece que se va

La petrolera malaya Petronas está cerca de retirarse del proyecto millonario de la planta de licuefacción de gas natural en Punta Colorada, Río Negro. Según informó el periodista Marcelo Bonelli en su columna de Clarín, la empresa evalúa no continuar con una inversión que, junto a YPF, involucraba USD 30.000 millones, uno de los mayores desembolsos en la historia reciente de Argentina. ¿El país podría perder otra vez el tren de la “oportunidad histórica”?

El proyecto, anunciado con bombos y platillos por el gobierno de Javier Milei como un símbolo de confianza internacional, está en riesgo debido a las dudas de Petronas sobre las condiciones macroeconómicas del país y la inestabilidad política. Aunque no ha habido un anuncio oficial por parte de la petrolera malaya, fuentes cercanas al sector aseguran que la empresa ya comunicó extraoficialmente su decisión de no avanzar.

La situación también está vinculada a la disputa por la ubicación de la planta, que originalmente se iba a instalar en Bahía Blanca y luego se trasladó a Punta Colorada. Esta controversia sumó tensión a las negociaciones, que ya eran complejas debido a las condiciones económicas. Además, la compañía tiene otros proyectos más rentables que el argentino, lo que complica aún más el panorama.

Por su parte, YPF no ha dado por perdido el proyecto. La petrolera estatal está en negociaciones con otras empresas energéticas para reemplazar a Petronas en caso de que el retiro se haga efectivo. El directivo de YPF, Horacio Marín, lidera las conversaciones con el objetivo de garantizar los fondos necesarios para la obra, aunque admite las dificultades que implica conseguir otro inversor de la magnitud de Petronas.

Petronas nunca llegó a confirmar oficialmente su participación en el proyecto, más allá de la firma de un Memorando de Entendimiento en 2022. La llegada de Milei a la presidencia aceleró los tiempos políticos, pero no logró asegurar la inversión de la petrolera malaya, que ahora parece estar lista para dar un paso atrás.

En noviembre, Petronas debía girar USD 60 millones para el inicio de las obras. Sin embargo, todo indica que la empresa no desembolsará ese dinero, lo que sellaría su salida definitiva del proyecto. Mientras tanto, el gobierno y YPF siguen buscando alternativas para salvar uno de los proyectos clave del Régimen de Inversiones en Gas Natural Licuado (RIGI).

Preocupación en el ámbito empresarial

La posible salida de Petronas del proyecto de la planta de licuefacción de gas ha generado inquietud en el sector empresarial argentino. Según fuentes del círculo rojo, que incluye a destacados empresarios como Marcelo Mindlin, los Bulgheroni, Miguel Galuccio, Paolo Rocca y los Eurnekian, la decisión de la petrolera malaya está prácticamente tomada, con un 95% de probabilidades de que se retire.

Esta situación preocupa debido a la magnitud de la inversión comprometida, de USD 30.000 millones, y su impacto en la economía nacional. La planta de GNL en Punta Colorada había sido presentada como un “leading case” para atraer capital extranjero bajo la gestión de Javier Milei. Sin embargo, las dudas de Petronas sobre la estabilidad política y económica de Argentina han puesto en jaque este modelo de inversión.

Los empresarios observan con atención las negociaciones en curso, conscientes de que un revés en este proyecto podría afectar la imagen del país como destino confiable para inversiones de gran envergadura. A su vez, algunos actores del sector energético ya se están moviendo para posicionarse en caso de que surjan nuevas oportunidades vinculadas al proyecto, mientras que YPF continúa en la búsqueda de alternativas para mantener en pie la iniciativa.

GNL: El riesgo de que Argentina pierda el tren

La posible retirada de Petronas del proyecto de licuefacción de gas en Río Negro no solo representa un golpe para las expectativas de inversión en el país, sino que también amenaza con dejar a Argentina fuera de la competencia en el mercado global de GNL. Según el informe de la Agencia Internacional de Energía, para 2030 se sumarán 250 mil millones de metros cúbicos anuales de capacidad de licuefacción, liderados por Estados Unidos y Qatar. Esto implica que, si Argentina no logra avanzar con la industrialización de su gas a tiempo, podría quedar rezagada frente a otros países que ya están ampliando su capacidad de producción.

El proyecto de GNL liderado por YPF y Petronas era clave para posicionar al país en este mercado competitivo. Sin embargo, la incertidumbre política y económica ha generado retrasos, y la posible salida de Petronas complicaría aún más la viabilidad de esta iniciativa. Mientras otros países consolidan su infraestructura y cierran contratos de largo plazo, Argentina corre el riesgo de no estar lista cuando la demanda global alcance su pico.

El tiempo es un factor crucial. Si no se concreta rápidamente una solución para reemplazar a Petronas o garantizar su continuidad, Argentina podría perder una oportunidad histórica para convertirse en un actor relevante en el mercado internacional de GNL.

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