Oblitus International compró activos en Santa Cruz y Chubut en una operación sujeta a la aprobación de autoridades provinciales, en un acuerdo valorado en US$41 millones, que incluye la participación de un empresario argentino.
Oblitus International firmó el contrato de adquisición de dos activos de la filial argentina de Enap Sipetrol. La operación implicó la compra de la participación en el campo offshore Magallanes, ubicado en la cuenca Austral, y el 50% del área Campamento Central, situada en Chubut. Se acordó el pago total de US$41 millones, se efectuó un anticipo a fines de enero y se programó el pago del saldo cuando las provincias de Chubut y Santa Cruz aprobaran la transferencia de las concesiones petroleras. Las autoridades previstas regularizaron la documentación de titularidad, lo que pudo haber extendido el proceso durante varios meses.
Oblitus International, surgida de la asociación entre el fondo estadounidense Xtellus Capital Partners y el empresario argentino Hugo Cabral, acordó la compra de activos de Enap Sipetrol en Argentina por US$41 millones. La operación abarca dos áreas estratégicas: el campo offshore Magallanes, ubicado en la cuenca Austral, y el 50% de Campamento Central, un bloque en Chubut que anteriormente pertenecía a YPF y fue adquirido en parte por Pecom. Para concretar el traspaso, la transacción deberá ser aprobada por las autoridades provinciales de Chubut y Santa Cruz, un proceso que podría extenderse varios meses debido a la necesidad de regularizar documentación vinculada a la titularidad de una de las áreas.
El campo Magallanes produjo 400 metros cúbicos diarios de petróleo, exportados desde la terminal de Punta Loyola, y cerca de 1,5 millones de metros cúbicos diarios de gas natural, según datos del IAPG. Además, se enfrentó la obligación de desmantelar una antigua plataforma de explotación en el mar, tarea que demandó una inversión considerable en los próximos años.
En Campamento Central se adquirió el 50% del activo, mientras que Pecom, empresa del grupo Pérez Companc, se quedó con la otra mitad y mantuvo el derecho de preferencia para comprar la participación restante, sin que se confirmara el ejercicio de dicha opción. Los activos se valoraron de manera asimétrica: se asignaron más de US$37 millones al 50% de Campamento Central y alrededor de US$4 millones al campo Magallanes, estrategia que se interpretó como una maniobra para fortalecer la posición negociadora frente a Pecom.
La operación se presentó como un movimiento estratégico en el sector de hidrocarburos, cuyo perfeccionamiento dependió de la regularización de las concesiones por parte de las autoridades provinciales.