Se trata de la central nuclear CAREM que se encontraba con un gran avance de obra. El corte de fondos y la consecuente paralización revela tensiones entre la inversión estratégica y el superávit fiscal primario que busca Caputo y compañía.
Los recortes del gasto público llevados adelante por la gestión de Javier Milei han llegado a una fibra sensible del desarrollo energético argentino: se trata de la central nuclear CAREM, desarrollada por la CNEA y ubicada en Lima, provincia de Buenos Aires. Se trata del primer reactor de potencia íntegramente diseñado en la Argentina y que actualmente encuentra un avance de obra de alrededor del 70% de la obra civil. Así, la obra pasó a formar parte del gran paquete de obras públicas paralizadas bajo la gestión de Caputo en Economía, que en búsqueda del superávit fiscal primario ha recortado y/o congelado la gran mayoría de gastos del estado.
CAREM pertenece a un nuevo tipo de planta de energía nuclear conocida como SMR, más pequeña de las que seguramente viste en Los Simpsons o Chernobyl. Esta planta produciría 32 megavatios y permitiría abastecer de energía a un poblado de 150.000 habitantes y está proyectada para abastecer a zonas alejadas de los grandes centros urbanos y polos industriales. Este modelo se encuentra difundido entre los ocho países que producen este tipo de tecnología: Canadá, China, Francia, Estados Unidos, Rusia, Suecia, Reino Unido y Argentina.

Desde UOCRA su titular Gerardo Martínez denunció la parálisis de 3500 obras públicas, entre ellas CAREM, que afecta el trabajo de hasta 600 albañiles contratados en la construcción de la planta. Por otra parte, desde CNEA, su titular Guido Lavalle minimizó la importancia de la obra y desmintió la paralización que denuncia el gremio. Hasta ahora CAREM es la única central que se mantenía con avance de obra, luego de la parálisis por recorte presupuestario de Atucha III.