“Nadie tiene que subsidiar a nadie” y otras historias

El grupo Techint, a través de su subsidiaria Tecpetrol, recibió subsidios del Estado nacional por el desarrollo de Fortín de Piedra en el marco del Programa de Estímulo a la Producción de Gas No Convencional. Este programa fue implementado en 2017 durante el gobierno de Mauricio Macri, con el objetivo de incentivar la producción de gas en la formación de Vaca Muerta. Hoy Horacio Marín, al frente de YPF, asegura que “nadie tiene que subsidiar a nadie”.

El plan garantizaba un precio de 7,50 USD por millón de BTU (unidad térmica británica) en 2018, con una escala decreciente hasta 6 USD por millón de BTU en 2021. Este precio subsidiado era mayor que el precio de mercado, lo que hacía más rentable la producción de gas no convencional.

Sin embargo, en 2019, surgió una controversia cuando el gobierno nacional decidió reducir el alcance del subsidio. El recorte se produjo porque Tecpetrol había registrado un volumen de producción mucho mayor del que originalmente había sido presentado en su plan de inversión. Mientras que la empresa producía más gas de lo previsto, el gobierno consideró que no debía subsidiar todo ese excedente.

Tecpetrol reclamó ante la justicia el pago del subsidio completo, y según algunos informes, el monto en disputa llegó a ser de aproximadamente 560 millones de dólares. Finalmente, la empresa demandó al Estado argentino por esta diferencia de cálculo, argumentando que el cambio en las reglas afectaba la previsibilidad de la inversión.

A pesar de este conflicto, Tecpetrol recibió una parte significativa de subsidios del programa en los primeros años de operación de Fortín de Piedra, lo que permitió que la inversión inicial y la producción masiva del yacimiento fueran rentables en un corto plazo. Sin embargo, el monto exacto total que la compañía recibió y el impacto de los recortes es un tema que ha estado sujeto a discusión y litigios.

Es interesante notar la trayectoria de Horacio Marín, quien desempeñó un rol clave en Tecpetrol durante los años en que la empresa recibió subsidios del Estado para desarrollar Fortín de Piedra, y ahora, como presidente de YPF, sostiene que “nadie tiene que subsidiar a nadie”.

Este cambio de postura puede deberse a las diferentes posiciones que ocupó en ambas compañías. En Tecpetrol, la empresa tenía un interés directo en recibir subsidios para desarrollar gas no convencional en un proyecto de alto riesgo y gran inversión inicial. En ese contexto, los subsidios eran fundamentales para garantizar la rentabilidad y la continuidad del proyecto. En contraste, YPF, como la principal empresa energética de Argentina y con un rol central en el mercado de combustibles, tiene un enfoque más amplio y una relación más directa con los consumidores y las políticas públicas.

Uno podría pensar que los subsidios son cosa de los K, como el control de precios, la estatización de empresas, el gasto público, el cepo al dólar, la obra pública, los planes sociales, la intervención estatal, y la justicia militante. Aunque si se mira la realidad detenidamente, todo esto hoy es relativo.

Cabe destacar que, en la época del Programa de Estímulo a la Producción de Gas No Convencional, la única petrolera que no pudo ingresar a estos beneficios fue YPF. Un mal pensante, que abundan, aseguró que esta doble moral “muestra que los subsidios solo parecen ser aceptables cuando promueven el negocio privado, beneficiando a actores como Paolo Rocca, jefe de Marín en su tiempo en Tecpetrol”. En palabras de Horacio Verbitsky, podría llamarse “robo para la corona”, aseguró.

Pero no hay por qué pensar mal, la declaración de Marín como presidente de YPF puede estar relacionada con la necesidad de establecer una política de precios más transparente y sostenible, considerando el contexto económico y la presión del mercado. Si bien en su anterior puesto los subsidios beneficiaban directamente a Tecpetrol, ahora su visión parece enfocarse más en un equilibrio justo entre las empresas y los consumidores, posiblemente como una respuesta a las críticas sobre el uso de subsidios en la industria energética.

Este cambio de discurso también podría reflejar la evolución de las condiciones del mercado energético argentino y el contexto político actual, donde el uso de subsidios es un tema delicado y controvertido.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *