La producción energética de Argentina alcanzó un superávit de US$ 4.000 millones en su balanza comercial en 2023 y proyecta un saldo positivo de hasta US$ 8.000 millones para 2025. Este cambio, impulsado por el crecimiento en Vaca Muerta y mejoras en infraestructura, marca un punto de inflexión para el sector energético del país, según dio a conocer Aleph Energy.
Luego de 13 años de déficit, la balanza comercial de energía de Argentina finalmente alcanzó un saldo positivo, gracias a un aumento en las exportaciones de petróleo y una reducción en las importaciones de líquidos y gas natural licuado (GNL). Este avance se logró, en gran parte, por la creciente producción de Vaca Muerta, que permitió utilizar la capacidad de evacuación ociosa hacia Buenos Aires y Chile. La construcción del gasoducto GNK y la reversión del gasoducto Norte también jugaron un rol clave en este logro, al facilitar el transporte y optimizar la distribución del gas producido en el país.
De acuerdo con proyecciones de Aleph Energy, la balanza comercial energética podría llegar a US$ 30.000 millones para 2030 y alcanzar hasta US$ 60.000 millones en 2035 en un escenario favorable. Esto último dependería de la incorporación de un proyecto de gran escala para la exportación de GNL, que se vislumbra como un elemento crucial para el crecimiento a largo plazo del sector energético argentino.
Para lograr estos objetivos ambiciosos, el sector requeriría inversiones significativas, estimadas en US$ 208.000 millones durante los próximos ocho años. De esa cifra, US$ 121.000 millones ya estarían en proceso, lo que representa un avance considerable hacia la meta. Estas inversiones incluirían US$ 26.000 millones por año, más del doble de la inversión anual actual, e implicarían un esfuerzo coordinado en toda la cadena de valor, desde la perforación hasta la infraestructura de transporte y licuefacción.
Sin embargo, existen desafíos significativos en el sector, especialmente en el área de gas, donde se necesita financiación para construir nueva infraestructura de transporte y plantas de licuefacción. La rentabilidad del gas es menor a la del petróleo, lo cual complica aún más la captación de inversiones. Aleph Energy subrayó que, para atraer el capital necesario, será fundamental establecer condiciones financieras estables y previsibles, lo que incluiría medidas como la eliminación del cepo cambiario.
El sector petrolero, por su parte, enfrenta un camino más directo hacia la expansión, basado en exportaciones directas a través de puertos. Este segmento ha mostrado un potencial significativo para aumentar sus exportaciones, lo cual contribuiría a mejorar aún más la balanza comercial en los próximos años.
Finalmente, Aleph Energy destacó que el GNL podría actuar no solo como un “puente” en la transición energética, sino también como un pilar a largo plazo para la economía argentina. En palabras de la consultora, el GNL tiene el potencial de establecer una “autopista” exportadora que podría sostenerse durante décadas, aprovechando el auge del gas de esquisto en los Estados Unidos y la creciente demanda mundial de energía.