La Planta Compresora Salliqueló, ubicada en la provincia de Buenos Aires, comenzó a funcionar hoy, marcando la finalización de la primera etapa del Gasoducto Néstor Kirchner (GPNK). La instalación, equipada con un compresor de 15.000 HP de potencia, permitirá mejorar el transporte de gas desde Vaca Muerta y sumar 5 millones de metros cúbicos diarios adicionales a la red.
Con la puesta en marcha de la planta Salliqueló, se completa la serie de obras complementarias del GPNK, que también incluyó la Planta Compresora Tratayén, inaugurada en julio. Juntas, estas instalaciones elevarán la capacidad de inyección de gas a 10 millones de metros cúbicos por día. El proyecto fue diseñado para transportar inicialmente 21 millones de metros cúbicos diarios, pero ya alcanzó los 23 millones con la entrada en operación de Tratayén, lo que desafía la capacidad de los tramos finales del sistema Neuba II.
El ahorro estimado para 2025 es de 130 millones de dólares, gracias a la sustitución de combustibles líquidos durante los meses de mayor demanda invernal. La inversión total en las obras del GPNK, incluidas las plantas compresoras, asciende a 120 millones de dólares.
El proyecto se encontró con importantes dificultades cuando la nueva administración asumió en diciembre de 2023. En ese momento, el avance de la Planta Compresora Salliqueló apenas llegaba al 19%, con serios retrasos en obras civiles, piping, cableado eléctrico, y sistemas de control. Los contratistas también enfrentaban problemas financieros, acumulando deudas superiores a 8 millones de dólares y restricciones en la importación de equipos necesarios para completar la obra.
A pesar de estos contratiempos, en los últimos 10 meses el gobierno trabajó en conjunto con las empresas para reactivar y completar las obras. La administración del presidente Javier Milei aseguró que los trabajos estructurales iniciados serían sostenidos y finalizados, y logró poner en marcha la Planta Compresora Salliqueló según lo planeado.
La finalización del Gasoducto Néstor Kirchner representa un paso crucial para mejorar la infraestructura energética de Argentina y aprovechar al máximo los recursos de Vaca Muerta, facilitando el transporte de gas desde la región productora hasta los centros de consumo en la provincia de Buenos Aires.