El precio internacional del Litio cayó 82% interanual ¿Causas y consecuencias de su derrumbe? 

Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, la caída del precio internacional de la tonelada de carbonato de litio bajó de superar los U$75.000 en 2023, a quedarse en los U$13.500 en 2024. Su caída, sin embargo, no implica un freno a la transición energética.

Luego de haber alcanzado cifras astronómicas entre 2021 y 2023, el precio internacional de la tonelada de carbonato de litio ha caído estrepitosamente de los 75 mil dólares que supo tener, a los 13.500 que ronda actualmente el precio de la tonelada. Sin embargo, tanto su ascenso como descenso deben ser caracterizados por causas a las cuales los especialistas definen como circunstanciales de cualquier “comodity”: la demanda atada a su necesidad para un proceso de renovación tecnológica en paralelo a una oferta restringida del mineral.

La economía del mundo tiene un motor que es fácil ponerle nombre: China. La demanda del gigante asiatico ha generado el crecimiento económico de diferentes economías emergentes a partir de su demanda de materias primas. El litio, pese a no ser una materia prima ya que debe ser procesada en el país que lo importa, ha motorizado el interés de países por la minería como es el caso de la Argentina, que hizo de la exportación del “oro blanco” una promesa de desarrollo económico, en especial para aquellas regiones donde se lo extrae. Sin embargo, el retroceso del precio de la tonelada de carbonato de litio a niveles inferiores al 2018 (año que marcó el orígen del boom, con un pico de 16.500 dólares la tonelada); no es más que un fenómeno asociable a un proceso derivado de la misma causa que hacía poco generó su crecimiento.

El litio es un mineral fundamental para la fabricación de baterías de almacenamiento de energía, lo que lo convierte en un recurso fundamental en la transición energética que en mayor o menor medida el mundo ha decidido afrontar para reducir la huella de carbono y el calentamiento global. Dentro de los distintos rubros donde se emplean las baterías de Litio, existe uno que ha sido el caballito de batalla: el auto eléctrico. El boom del precio del Litio estuvo asociado a la alta demanda que este tuvo por parte de China para la producción de autos eléctricos así como de baterías dedicadas al almacenamiento de energía para otros dispositivos electrónicos. En paralelo, la demanda del mineral se combinaba con una restricción de oferta, explicada por la poca cantidad de países que producen Litio: Australia, como principal exportador (ronda el 50% de la producción mundial) no podía satisfacer toda la demanda. Así, surgieron proyectos en otros países, como el caso de Argentina, donde el rubro minero ha sido relegado históricamente.

¿Qué otros países producen Litio? Chile -segundo productor mundial-, Bolivia, el propio China y otros, en menores proporciones. Sin embargo, así como el gigante asiático se volcó a la producción de autos eléctricos, esta se ha reducido producto de una caída en la demanda en el principal mercado así como en los Estados Unidos. La expectativa generada por el auto eléctrico ha producido, señalan los especialistas, un stock acumulado que desmotiva el sostenimiento de la inversión en la materia.

¿Es el fin de la transición energética? para nada, solo un efecto natural de un mercado en expansión que encuentra un freno producto de sus propias limitaciones asociadas a los recursos naturales y la expectativa del mercado. Inclusive, un valor de la tonelada de litio más racional -cercana a los precios actuales- produciría, según señalan los especialistas, un crecimiento asociado con un precio más racional.