Convertirse en una superpotencia manufacturera de soluciones fotovoltáicas, desarrollar masivamente proyectos de hidrógeno verde e incentivar fuertemente la producción local de electromovilidad, las tres vías del gigante asiático para cumplir sus objetivos hacia la transición energética.
La escala de crecimiento económico de la India es impresionante. El país asiático, con una población de más de 1.300 millones de habitantes, es la sexta economía más grande del mundo y tiene un crecimiento económico sostenido. Este crecimiento está provocando un aumento de la demanda de energía, que se prevé que sea aún mayor en las próximas décadas. El país está en la mira de todo el mundo como uno de los principales actores ante los desafíos del cambio climático y la transición energética.
El PBI de la India creció un 7,2% entre 2022 y 2023, a la vez que la demanda de electricidad se disparó un 8%. Todas las proyecciones indican que el “en las próximas décadas, su demanda de energía crecerá más que la de cualquier otro país”, según informes del World Enconomic Forum.
Ante este escenario y de cara a la transición energética, la India se comprometió a satisfacer el 50% de sus necesidades de electricidad a partir de fuentes de generación con baja emisión de carbono para el 2030. Forma parte de ese comrpomiso, reducir la intensidad energética en un 45% respecto a los niveles de 2005.
¿Cómo hará la India para alcanzar esos objetivos? El país puso en marcha una serie de medidas, entre las que destacan:
- Convertirse en una superpotencia manufacturera solar: India planea duplicar su capacidad solar para 2026 y convertirse en el segundo fabricante mundial de energía solar fotovoltaica.
- Lanzamiento de la Misión Hidrógeno Verde: India se ha convertido en uno de los principales financiadores estatales del hidrógeno verde del mundo. El sector del hidrógeno verde de India se espera que genere 600.000 nuevos puestos de trabajo.
- Esquema de “Incentivo Vinculado a la Producción” (PLI): El gobierno indio otorga recompensas por las ventas de productos nacionales para reducir las importaciones e impulsar la fabricación local. Delhi ha comprometido 7,5 mil millones de dólares para recompensar la fabricación de vehículos eléctricos, de hidrógeno y de baterías.
Estas medidas están teniendo un impacto positivo en el sector energético indio. En 2022, la participación de las energías renovables en la generación eléctrica de India alcanzó el 30%, un aumento significativo respecto a los niveles anteriores.
Sin embargo, aún existen desafíos que superar. Uno de los principales retos es la necesidad de aumentar las inversiones en el sector de las energías renovables. Además, es necesario desarrollar infraestructuras adecuadas para el almacenamiento y la transmisión de electricidad renovable.
A pesar de los desafíos, el plan de India para satisfacer su demanda de electricidad con energías renovables es ambicioso y tiene el potencial de ser transformador, no solo para el país, sino también para el mundo entero.