El negacionismo climático de Javier Milei y su impacto en la transición energética argentina

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La llegada de Javier Milei a la presidencia de Argentina marcó un giro drástico en la política nacional. Su postura negacionista respecto al cambio climático, sumada a decisiones políticas como la posibilidad de retirarse del Acuerdo de París, despierta inquietudes sobre el futuro de la transición energética en el país. En un contexto global donde la crisis climática se percibe como una amenaza urgente, la falta de compromiso del gobierno argentino con las energías renovables podría traer consecuencias económicas y ambientales severas.

Una política climática en retroceso

Durante los últimos años, Argentina logró avances en la incorporación de energías renovables. Programas como RenovAr y el Mercado a Término de Energía Eléctrica de Fuente Renovable (MATER) permitieron que la generación de energía limpia creciera de manera sostenida. En 2023, el 18,6% de la demanda eléctrica nacional se cubrió con fuentes renovables. Sin embargo, el escepticismo de Milei respecto al cambio climático genera incertidumbre sobre la continuidad de estas iniciativas.

El gobierno de Milei, alineado con la postura del presidente estadounidense Donald Trump, retiró a Argentina de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y consideró desvincularse del Acuerdo de París. Esta actitud, sumada a la reducción de la participación argentina en foros internacionales sobre cambio climático, podría debilitar la capacidad del país para acceder a financiamiento multilateral destinado a la transición energética.

El debilitamiento institucional

La desarticulación de organismos responsables de la acción climática también reflejan un retroceso en las políticas ambientales. La baja frecuencia de reuniones del Gabinete Nacional de Cambio Climático y la falta de coordinación entre dependencias dificultarán el cumplimiento de compromisos internacionales. La ausencia de una política climática clara compromete la presentación de la Tercera Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC) en 2025, documento clave para evaluar los avances del país en materia ambiental.

En el ámbito provincial, ninguna gobernación logró convalidar su Plan de Respuesta Provincial (PRP) dentro de los plazos establecidos. Solo cuatro provincias iniciaron el proceso de pre-convalidación, lo que afecta la implementación de estrategias adaptadas a las necesidades locales.

El riesgo de perder inversiones y oportunidades

El sector de energías renovables requiere estabilidad regulatoria y políticas de incentivo claras para atraer inversores. El discurso negacionista del presidente y la falta de políticas activas ponen en duda el desarrollo de nuevos proyectos, lo que podría traducirse en la pérdida de miles de empleos y oportunidades económicas.

Argentina cuenta con un enorme potencial en energía solar y eólica, especialmente en regiones como la Patagonia y el noroeste del país. Empresas nacionales e internacionales mostraron interés en invertir en el sector, pero la incertidumbre política generada por el gobierno actual amenaza con frenar ese crecimiento.

Consecuencias internacionales

La decisión de Milei de restarle prioridad a la agenda climática también impacta en la relación de Argentina con la comunidad internacional. La salida de la delegación argentina de la COP29 debilitó su capacidad de interlocución con otros países y afecta el acceso a fondos climáticos globales.

En un mundo donde cada vez más países imponen regulaciones ambientales más estrictas, la falta de compromiso con la sostenibilidad podría afectar las exportaciones argentinas. La Unión Europea, por ejemplo, avanzó en la implementación del Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM, por sus siglas en inglés), lo que implica que productos de países con bajas regulaciones ambientales podrían enfrentar aranceles adicionales. Si Argentina no adopta medidas para reducir su huella de carbono, sus exportaciones podrían perder competitividad en mercados clave.

Un futuro incierto

La transición energética es un proceso necesario para garantizar el desarrollo sustentable del país y proteger el medio ambiente. El escepticismo del gobierno de Milei y la falta de iniciativas concretas generan un escenario de incertidumbre para el sector.

Es fundamental que Argentina reafirme su compromiso con las energías renovables y la lucha contra el cambio climático. La sociedad civil, el sector privado y las provincias tienen un rol clave para mantener los avances logrados y presionar por políticas públicas que impulsen la sostenibilidad.

El futuro de la transición energética en Argentina dependerá de la capacidad del país para superar los obstáculos políticos actuales y mantener una visión a largo plazo. Ignorar la crisis climática no solo implica un retroceso ambiental, sino también económico y social.

La pregunta es si el gobierno estará dispuesto a cambiar su postura antes de que las consecuencias sean irreversibles.