En el mismo día que el Ejecutivo ajustó el valor de los componentes impositivos ICL e IDC, provocando una suba del 6,5% de los combustibles, la Secretaría de Energía oficializó nuevos incrementos en los precios de adquisición del biodiesel y el bioetanol, que se mezclan con el gasoil y la nafta, respectivamente. Los aumentos se aplicarán a partir de hoy y se suman a los ya realizados a fines de diciembre. Más presión al precio del combustible en los surtidores.
La Secretaría de Energía autorizó un incremento en los precios de adquisición de biodiesel, destinado a la mezcla con el gasoil, con un aumento del 1,81%. Asimismo, el bioetanol utilizado en el corte de naftas experimentará un aumento sustancial del 25,4%. Estas modificaciones fueron formalizadas mediante las resoluciones 5/2024 y 6/2024, las cuales fueron publicadas en el Boletín Oficial el jueves 1 de febrero y entrarán en vigor a partir de dicha fecha.
Este ajuste se sucede a los realizados el 28 de diciembre por la nueva administración, que había aplicado incrementos del 34,44% para el biodiesel, del 33,65% para el bioetanol derivado de caña de azúcar y del 28,45% para el bioetanol basado en maíz.
Según las disposiciones de la Secretaría de Energía, el precio mínimo de adquisición de biodiesel para la mezcla con gasoil se eleva de $ 923.590 a $ 940.334 por tonelada, representando un incremento del 1,81% para las operaciones realizadas a partir de este jueves y hasta que se establezca un nuevo precio.
En el caso del bioetanol, se establece un nuevo precio mínimo de adquisición de $ 584.180 por litro para el producido a partir de caña de azúcar, reflejando un aumento significativo del 25,4%. Para el bioetanol elaborado a base de maíz, el precio mínimo se fija en $ 536.983 por litro, experimentando un aumento del 15,75%. Es importante destacar que, tanto para el bioetanol de caña como para el de maíz, el plazo de pago no podrá superar los 30 días corridos a partir de la fecha de emisión de la factura.
La autorización de estos aumentos se justifica en “la excepcionalidad derivada de la incidencia del contexto macroeconómico actual en la estructura de costos” de los combustibles mencionados, según lo establecido por la Secretaría de Energía. La medida suma así suma más presión al precio de los combustibles fósiles en el surtidor. Las refinadoras están obligadas por Ley a comprar el biocombustible para cortar la nafta y el gasoil que luego venden al público.