El país registró en 2024 niveles récord de producción energética, consolidando un superávit comercial energético tras 14 años de déficit.
Argentina logró en 2024 niveles de producción de petróleo y gas que no se registraban desde 2003, de acuerdo con datos de la Secretaría de Energía. En noviembre, la producción de petróleo alcanzó los 746.000 barriles diarios, mientras que en agosto, la de gas natural superó los 153 millones de metros cúbicos diarios. Este incremento se atribuyó al desarrollo de Vaca Muerta, una de las mayores reservas mundiales de hidrocarburos no convencionales.
La mejora en la infraestructura energética fue clave para este avance. La reversión del Gasoducto Norte y la puesta en operación de la Planta Compresora Salliqueló facilitaron tanto el transporte interno como la exportación de petróleo y gas. Estas iniciativas contribuyeron a que Argentina alcanzara un superávit energético de 2.758 millones de dólares en 2024, el primero en 15 años. Según datos oficiales, las exportaciones crecieron un 26,8%, mientras que las importaciones se redujeron un 55,1%.
Entre enero y noviembre, las exportaciones de combustibles y energía sumaron 8.626 millones de dólares, representando el 6,7% del total exportado por el país. Chile se destacó como el principal destino, con compras energéticas por 2.430 millones de dólares, lo que marcó un aumento interanual del 64,7%. En paralelo, las importaciones de combustibles y lubricantes cayeron un 49,8% en el mismo período, reflejando una caída significativa en adquisiciones de gas natural licuado (-62,5%) y gasoil (-52%).
El ministro de Economía, Luis Caputo, celebró estos resultados, describiéndolos como un logro significativo para la recuperación económica del país. Además, las proyecciones para 2025 son alentadoras, con una producción estimada de 830.000 barriles diarios de petróleo, cifra que marcaría un nuevo récord en más de dos décadas.
No obstante, el panorama no está exento de desafíos. Se requieren inversiones adicionales en infraestructura para sostener el crecimiento y garantizar la estabilidad macroeconómica necesaria para el sector. Expertos señalaron que la continuidad de este desempeño dependerá de políticas que fomenten la inversión privada y la previsibilidad económica.