La caída en la demanda de naftas y gasoil continúa afectando al sector de combustibles, acumulando 10 meses consecutivos de retracción. Un informe del sitio especializado Surtidores.com.ar, basado en datos de la Secretraría de Energía, reveló que en septiembre las ventas registraron un descenso del 11,77% interanual y un 4,02% en comparación con agosto.
A pesar de los incrementos en los precios de los combustibles, que han quedado por debajo de la inflación, las estaciones de servicio expresan que no han logrado revertir la tendencia negativa que comenzó hace casi un año. El consumo de naftas y gasoil sigue en declive, lo que está impactando directamente en la rentabilidad de los expendedores, que ven cómo la disminución en los volúmenes vendidos dificulta la sostenibilidad de sus negocios.
El informe de Surtidores señaló que la nafta Premium fue el producto con mayor reducción en el volumen de ventas, registrando una caída interanual del 20,65%. Le siguieron el gasoil común, con una baja del 19,30%, el diésel de menor contenido de azufre (-8,48%) y la nafta súper, que disminuyó un 3,71%. Esta contracción afecta tanto a los combustibles de alta calidad como a los más comunes, lo que refleja una baja generalizada en la demanda.
En el análisis por empresas, todos los principales actores del mercado reportaron desempeños negativos. YPF tuvo una disminución del 9,42% en sus ventas, Shell del 7,77%, AXION energy del 17,58%, Puma Energy del 21,32%, Gulf del 26,14%, Dapsa del 21,11% y Refinor del 41,13%. Estos datos reflejan una situación crítica para las estaciones de servicio en todo el país, donde la caída en el consumo ha sido una constante.
Por otro lado, el informe destacó que Santa Cruz fue la única provincia que logró un aumento en las ventas de combustibles, con un incremento del 3,89% en septiembre respecto a agosto. En contraste, las caídas más pronunciadas se registraron en Córdoba (-10,02%), Jujuy (-8,68%) y Misiones (-8,57%), evidenciando un escenario desafiante para el sector en la mayoría de las regiones.
Con una demanda deprimida, los estacioneros enfrentan serios desafíos para mantener la rentabilidad y recuperar el consumo, en un contexto donde los esfuerzos por contener los precios no han sido suficientes para reactivar la actividad.