Hoy se oficializó la designación de María Tettamanti al frente de la Secretaría de Energía de la Nación. Disuelto el dogmatismo de Chirillo, el sector espera con ansias poder influir en el auspiciado pragmatismo de la ex Camuzzi.
Tettamanti, exdirectora de Camuzzi, empresa donde trabajó bajo la dirección de Alejandro Macfarlane, está siendo observada de cerca por su nuevo rol, una posición clave para la política energética argentina y para las empresas del sector.
José Luis “Chupete” Manzano buscaría tener a su favor decisiones estratégicas de la Secretaría. La preocupación principal, según allegados al sector, es que Tettamanti podría adoptar una postura menos flexible ante ciertos pedidos que beneficiarían a los intereses de distintos empresarios energéticos. Manzano, en particular, estaría preocupado por posibles trabas de Tettamanti a las solicitudes de Carlos Bastos, el director de YPF y un empleado con conexión directa con sus empresas.
La maniobra de incluir a Gustavo Scaglione, amigo de Macfarlane, como nuevo socio en Grupo América se interpreta como un intento de Manzano para tener a Tettamanti desde alguna cuerda. La presencia de Scaglione en el grupo mediático no solo afianza la relación entre los empresarios, sino que también refuerza la agenda de Manzano en el sector energético. En esta línea, las expectativas apuntan a dos objetivos: asegurar ajustes en las tarifas que beneficiarían a Edenor y obtener una eventual condonación de la deuda con CAMMESA, cercana a los USD 200 millones.
El desenlace aún es incierto. Sin embargo, el papel de Tettamanti se presenta como una pieza clave para determinar cómo se configurará el equilibrio entre los grandes jugadores de la energía y la dirección de las políticas del sector en los próximos meses.