La Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM) proyecta un significativo aumento en las exportaciones, empleos e inversiones en el sector minero argentino para los próximos años.
Las proyecciones para la industria minera argentina hasta 2032 son optimistas, según datos presentados por la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM). Se estima que las exportaciones podrían alcanzar más de U$S 12.000 millones anuales, representando un notable aumento desde los actuales U$S 4.000 millones. Esta expansión también se reflejaría en el aumento de empleos directos, previéndose un crecimiento de 100.000 a más de 180.000 puestos de trabajo, así como un incremento en las inversiones, que podrían superar los U$S 3.000 millones.
Roberto Cacciola, presidente de la CAEM, destacó la importancia de la Ley de Inversiones Mineras N° 24.196, promulgada en la década del 90 para fomentar la inversión en el sector. Sin embargo, señaló que su incumplimiento por parte del Estado argentino ha generado problemas para los proyectos exportadores beneficiarios.
A pesar de los desafíos macroeconómicos y fiscales, la industria minera argentina ha experimentado un crecimiento sostenido en los últimos años, con un incremento del 4,3% en los valores de producción respecto al año anterior. El interés por el desarrollo de proyectos también ha aumentado, evidenciado por el incremento en los presupuestos de exploración y la creación de más de 7.700 nuevos empleos formales en los últimos cinco años.

La transición global hacia las energías limpias se perfila como un factor determinante para la demanda futura de minerales, según Cacciola. A medida que los países buscan reducir sus emisiones de carbono, las tecnologías de energía limpia impulsarán la demanda de minerales, lo que podría beneficiar a la industria minera regional.
En cuanto al litio, un mineral clave en la fabricación de baterías para vehículos eléctricos, se prevé un crecimiento en la demanda hacia 2030, lo que podría generar oportunidades para los proyectos en curso en Argentina. Sin embargo, también se vislumbra un déficit creciente para esa década, que requerirá acciones para cubrir la demanda proyectada.